(marco teórico metodológico)
Es por medio de los eventos socio estéticos del recorrido peatonal cotidiano, que buscamos las pistas del fenómeno de la apropiación de la ciudad, que nos permita estudiar lo que llamamos la habitabilidad del espacio urbano, por lo que necesitamos profundizar en los significados de esta apropiación, desde las prácticas urbana de la configuración peatonal de los recorridos.
A lo largo de esta investigación sobre los ambientes urbanos, avanzamos en el sustento teórico de la presencia de los fenómeno sonoros, validado su percepción en movimiento, así en la diversidad de su manifestación, son relacionadas en torno al sonido,–aun sea percibida como ruido– nos enfocamos en este como un factor de la configuración ambiental, no solo desde su descripción como malestar, y dentro de su categorización nociva por las leyes y normas reglamentadas en la legislación ambiental, sino desde su situación antropológica, donde buscamos profundizar sobre esta, como un elemento de comunicación y producción social, desmarcándose de la idea de su control o desde una búsqueda para posicionarnos desde la postura punitiva, que no es definitiva o eficaz, sino para tratar de entender el sonido desde una neutralidad científica y objetiva, partiendo de sus prácticas socio culturales, como la manifestación de la cultura sonora cotidiana.
Estas situaciones ambientales están cargadas de la experimentación sensorial de los eventos inmateriales, que están centrados en la percepción de fenómenos sensibles, y que son subjetivamente recalificados al ser interpretados por los transeúntes que caminan la ciudad. Es desde su actividad social cotidiana, que estas situaciones ambientales, son referentes el aspecto de una vinculación sensible, en el desarrollo de un sentimiento de pertenencia que es un eslabón en la apropiación de la ciudad y el otro su recreación afectiva, esta acción, la retomamos como epicentro del urbanismo.
Vivir el espacio desde lo sonoro, va más allá de la búsqueda del confort acústico en la ciudad como una solución -utópica-, que gravita en torno a las diversas propuestas sobre la problemática del ruido, por lo que necesitamos profundizar desde su motivación abstracta, superando la idea ambigua de una calidad sonora para la ciudad y lucha contra ruido, sobre la base de una falsa idea por medio del control del paisaje sonoro, cuando este es analizado desde una postura etnográfica.
El ruido como indicio, es ambivalente, ya que se compone de una dualidad, que es objetiva, medible en diversos parámetros, a la que se suma la percepción subjetiva, producto de su interpretación sensible por la sociedad, en ocasiones como un malestar, donde conviven los elementos producidos desde la propia cultura y la interpretación personal, claves en la identidad del entorno, que en ocasiones son factores indisolubles de la situación ambiental sonora de la ciudad, como eventos propios del ejercicio de la comunicación social, por lo que la problemática de la percepción sonora de la ciudad, está inmersa en el paradigma de la interpretación de estos fenómenos ambientales del espacio urbano.
resumen
El resurgir de la socio-estética
Para entender el espacio sonoro urbano en su dimensión sonora, tenemos que ir más allá de la ciencia de la acústica, analizamos la ciudad desde las actividades sociales y su producción sonora, es donde nos interesan diversas áreas para su estudio, como la ciencia de la acción, y la socio-estética. Para entender la naturaleza de las prácticas urbanas sonoras, retomamos la idea de la transformación del espacio, enfoque de la ciencia de la acción, que se pregunta sobre los efectos cinéticos del ser humano en su entorno: “Que es una acción ? Es esencialmente un desplazamiento visible del ser en el espacio, que crea una modificación en su medio ambiente” (Moles & Rohmer, 1983, p.15). En nuestra investigación como lo hemos subrayado, estas situaciones ambientales son revisadas desde la percepción de la gente, como un ejercicio de la participación activa, en el estudio de la conformación del espacio vivido, y es en la acción sensorio motriz a través de los recorridos peatonales, fundamento en la práctica de las entrevistas de los recorridos comentados[1].
El término y significado de la socio-estética que he citado,, es para este trabajo un término normalizado y común para referirnos al estudio de las prácticas sociales del espacio urbano. Es en la situación ambiental, que retomó el enfoque de la socio-estética como una ciencia de estudio, desde la propuesta conceptual que parte de la unión de las disciplinas aquí convocadas, es retomada de la tesis doctoral de Jean-François Augoyard quien nos propone regresar al centro de la vida cotidiana para el estudio de la ciudad, volcándose en la expresión de la experiencia vivida, como el sentido principal desde la socio-estética:
Si la cotidianidad se vive como la expresión, el problema no existe en términos de formas, sino de fuerzas. Si lo “vivido” no aparece jamás mínimo su expresión, habremos quitado la permanencia y la fuerza de su dimensión social a lo largo de las lecturas-escrituras que los habitantes efectúan cada día dentro en el espacio dado para habitar, que nunca se comprende en su totalidad excepto de manera imaginaria. (Augoyard, 1976, p. 346).
Es en la percepción del paisaje sensorial, donde se habilita el ambiente sonoro urbano –engendrado de la naturaleza artificial de la producción sonora de la ciudad– donde podemos referenciar el estado aprendido de la escucha del objeto sonoro, que se inscribe en la configuración imaginaria y cultural de ruido, transformando el contexto particular vivido por el sonido, al que nos refiere un lugar –tal como se vive en las atmósferas sonoras al recorrer diversas ciudades– es decir, cuando se interpreta la naturaleza urbana perceptible, en nuestro caso particular de la ciudad de Guadalajara, desde su configuración e temporal, en los diversos eventos, como en los vividos en la llevada de la Virgen de Zapopan, las procesiones y festividades patronales o la temporalidad de los eventos propios de la cultura barrial y su lugares tradicionales, es en la identificación de su característica sonora propia, que podemos entender estas capacidades del ruido como un canal de comunicación y un medio para transmitir los mensajes desde su música oralidad y sonidos identitarios, en ocasiones como una composición musical, de la que la revisamos a través del encuadre espacio temporal al recorrer la ciudad caminando, es donde surge el paisaje sonoro propio del lugar.
[1] Esta metodología de encuesta en movimiento es practicada en varias investigaciones socio urbanas, y fue aprendida en el laboratorio del CRESSON, Es un modelo comprobado que su objetivo es tener las impresiones inmediatas del espacio vivido al caminar.
- Primera línea: epistemología de los ambientes sonoros
- Segunda línea: La dimensión estética del imaginario sonoro
- Tercera línea: la construcción del lugar sonoro en movimiento.
- Cuarta Linea: Figuras espaciales en la marcha.